En la historia de la geología, el origen de las cordilleras u orógenos se
ha intentado explicar mediante dos tipos de teorías:
- Teoría fijista: basan sus explicaciones
de cómo se han formado estas estructuras en una posición fija de los
continentes, es decir, que no han sufrido ningún desplazamiento
horizontal, de manera que las cordilleras se habrían originado por
diversos levantamientos únicamente en sentido vertical. Las
diferentes teorías fijistas ofrecen distintas explicaciones de cómo ha
podido suceder.
- Teoría movilista: basan sus explicaciones en un movimiento horizontal de los continentes. La Deriva continental de Wegener fue famosa, pero actualmente se acepta la Tectónica de Placas como explicación. En otras palabras Las teorías movilistas explican la génesis de las cordilleras montañosas en función de grandes esfuerzos compresivos consecuencia de movimientos horizontales de bloque o partes de la corteza continental.
Teorías acerca de la génesis de las cordilleras.
Durante el siglo XIX prevaleció un teoría fijista conocida como contraccionismo:
afirmaba que la Tierra estuvo fundida y al enfriarse replegó su superficie
formando cordilleras.
1. En su origen, la Tierra estaba fundida, y a partir de ese estado se consolidó una coraza superficial rígida: la corteza.
2. El interior aún fundido, se enfrió lentamente al tiempo que se contraía,
lo que explicaría la aparición de grandes arrugas en la
corteza: las cordilleras.
Pero esta teoría dejaba sin explicar por ejemplo, la existencia en la
superficie terrestre de amplias zonas, como los rifts continentales, donde
la corteza se estira y adelgaza. Además las cordilleras tenían señales de haber
sufrido intensas fuerzas laterales de compresión.
A lo largo del siglo XX y hasta que fue sustituida por la teoría de la
tectónica de placas, adquirió gran importancia una variante del contraccionismo: la
teoría del geosinclinal.
La teoría geosinclinal explicó la formación de montañas a partir de
fuerzas verticales. En cuencas (geosinclinales) se acumulan grandes cantidades
de sedimentos, por el peso se hunden hasta que se elevan por rebote.
La teoría de la tectónica de placas explica de forma convincente
la formación de las cordilleras. Estas se generarían en dos contextos
distintos, pero relacionados con límites de placas convergentes: los orógenos
asociados a la subducción y los orógenos de colisión
continental.
*Cuencas geosinclinales: unidades estructurales y sedimentarias
mayores de la corteza terrestre. Se trata de cuencas alargadas que se rellenan
de un gran espesor de sedimento y, por tanto, el suelo de la cuenca ha tenido
que sufrir un hundimiento progresivo.
*Orogénesis: proceso geológico mediante el cual la corteza terrestre se
acorta y pliega en un área alargada producto de un empuje
lateral. Normalmente las orogenias son acompañadas por la formación de cabalgamientos y plegamientos.
*Orógenos: Los orógenos o cordilleras se crean cuando una
placa tectónica con corteza continental es "arrugada" y fracturada y
los fragmentos se apilan, aumentando el grosor original de la corteza.
Orógenos de subducción o de tipo andino.
Las zonas de subducción, con un elevado magmatismo, cuentan con algunas de
las cordilleras de mayor longitud, como los Andes. Estos relieves se
desarrollan sobre el borde de la placa continental cabalgante, por lo que
también se denominan orógenos de borde continental.
En estos orógenos, la presencia de magmas es muy importante. Buena parte
de las rocas que los forman son ígneas, tanto plutónicas (granitos) como volcánicas (andesitas), y sus cumbres son a menudo
volcanes activos o extintos. Por esta razón se trata de áreas de elevado riesgo
tanto sísmico como volcánico.
Aunque la litosfera oceánica se destruye en estos lugares, las zonas de subducción pueden cosiderarse bordes constructivos de litosfera continental, pues esta crece a partir de los sedimentos y de los magmas incorporados en el prisma de acreción y en la cadena volcánica, respectivamente.
Un orógeno andino puede desarrollarse durante centenares de millones de años, siempre que el proceso de subducción continue. No obstante, tarde o temprano, unida a la placa oceánica que subduce, llegará a la fosa una gran masa continental.
Orógenos de colisión o de tipo alpino.
Se originan en aquellos lugares en los que hay convergencia de litosferas continentales, lo que termina provocando la colisión de dos continentes (obducción). A este grupo de orógenos pertenecen los Alpes o el Himalaya.
En una primera fase, el orógeno de colisión es similar al de tipo andino. La litosfera oceánica subduce bajo el borde de un continente. Pero, en este caso, la placa que subduce posee un tramo oceánico y otro continental. A medida que avanza la subducción, se aproximan los dos continentes y va cerrándose la cuenca oceánica. El mayor grosor y menor densidad de la corteza continental dificulta la subducción.
Tras la colisión se produce la incrustación y cabalgamiento de un continente sobre otro, que, llega a producir un aumento de la corteza continental por plegamiento. Entre los dos continentes que colisionan se distingue a veces una zona de sutura, en la que pueden encontrarse incrustaciones de fragmentos de litosfera oceánica que reciben el nombre de mantos de ofiolitas.
Orógenos de arco insular.
Se localizan en los márgenes en los que la litosfera oceánica subduce bajo litosfera oceánica. A este grupo de orógenos pertenecen las islas Marianas, las Filipinas o Japón.
Son orógenos que aún se encuentran parcialmente sumergidos.
El débil acoplamiento entre las dos
placas permite la subducción de los sedimentos oceánicos, que, en consecuencia,
no se apilarán, dificultando el desarrollo de la subducción. Por el contrario,
la fosa es muy profunda, y la intensa actividad volcánica origina una serie de
islas (arco de islas).
Entre el arco de islas y el continente queda una pequeña cuenca oceánica: es la cuenca marginal. Desde el océano hacia el continente pueden distinguirse las siguientes zonas: fosa profunda, prisma de acreción poco o nada desarrollado, arco de islas y cuenca marginal.
Orógenos intermedios. Orogenias.
Son cordilleras en las que, a la subducción, se suma la colisión de pequeñas masas corticales llamadas litosferoclastos. Los terrenos son relieves que sobresalen de la placa oceánica que subduce, como arcos de islas o fragmentos menores de corteza continental.
Cuando llegan a la fosa se produce una pequeña colisión, aunque, a diferencia de lo que ocurre en los orógenos alpinos, la subducción no se detiene y continúa, y el proceso puede repetirse. De este modo, en el borde del continente se va formando un orógeno de acreción por adición sucesiva de nuevos litosferoclastos. Es el caso de las Montañas Rocosas.
Se denomina orogenia a los períodos geológicos del pasado durante los cuales se han levantado cordilleras.